domingo, 5 de dezembro de 2010

Domingo Flores

“En general me encanta Santiago, sobre todo en los meses de verano, entre enero y febrero, cuando tiene unos atardeceres en donde se aprecia la belleza de esta ciudad.” Estas son palabras de Domingo Flores, ingeniero civil de 50 años, que viven en la capital chilena hace 34 años.

Domingo nació en Caletones, Rancagua, en la VI Región. Fue en Santiago que él estudió Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Después de egresar siguió viviendo en la ciudad, donde nacieron sus dos hijos, Ignacio y Francisca.

En los últimos seis años, Domingo vivió en Santiago Centro, cerca del Parque O’Higgins. Antes vivía en La Florida. Domingo, un apasionado por Santiago, dice que en todos eses años de vida en la capital sintió varios cambios en la ciudad, como el metro y los nuevos barrios. “Me refiero a lo que veo desde mi punto de vista de la ingeniería: obras de arquitectura, grandes edificios, barrios nuevos (comunas casi completas) gran extensión de superficie edificable, parques y lugares de áreas verdes.”

Domingo cree que una de las obras más importantes en los últimos 50 años fue la instalación del metro. Para él, la gran conectividad vial, que también incluye las autopistas bajo el rio Mapocho, es el cambio más aparente de la capital chilena. Según Richard Sennett, en su libro “Carne y Piedra”, la velocidad es el  “(…) eje central de la vida moderna". Sobre el origen de los metros en las grandes ciudades, Sennet dice que “(…) el transporte barato que proporcionaba el metro permitió explorar la posibilidad de vivir mejor en otro sitio". En Santiago eso es visible, pues los barrios más ricos de la ciudad están cada vez más lejos del centro. Las Condes es un ejemplo. Con el metro, muchos de los moradores de estas comunas, como estudiantes universitarios, usan el metro diariamente para llegar en sus universidades, que están en las partes más centrales.

Domingo es un chileno que tiene mucho orgullo de su país. Incluso con todos los cambios que la ciudad sufrió en las tres décadas y media que vive aquí, él se siente en casa en Santiago. Sus dos hijos actualmente estudian en Valdivia, X Región, y pretenden seguir viviendo allá. Domingo cree que es una buena idea, pues Valdivia es una ciudad más tranquila y con menos polución que Santiago, pero así mismo él sigue con planes de vivir en Santiago, donde pretende volver a ser profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile.

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